miércoles, 28 de diciembre de 2011

Euroliga. Tiempo de cambios.

Creo que a una gran mayoría, el “sorteo” de este Top-16 no nos ha dejado indiferentes. Sorteo dirigido, mil combinaciones extrañas, diferentes posibilidades que no se podían dar, otras que eran inevitables, urnas con una sola pelotita…, en definitiva, de todo menos un sorteo de verdad.

Por tanto, algo ha quedado claro. En el seno de la Euroliga priman muchos intereses y el estrictamente deportivo no es de los principales.

Que en el baloncesto Europeo manda la Euroliga nadie lo puede discutir y que vamos a “tiempos de cambio” parece una obviedad. Por eso quiero recuperar la entrada con la que colaboré con “fiebrebaloncesto.com” y donde exponía, desde un punto de vista muy personal, lo que creo e intuyo puede pasar en un futuro no muy lejano con la Euroliga.


· Tiempo de Cambios (fiebrebaloncesto.com).

- El pasado día 17 de Octubre dio comienzo la Euroliga 2011-12.
Como viene siendo habitual en estos últimos años, el partido inaugural se disputó en Lunes, dejando el resto de la jornada para el Miércoles y Jueves.
La segunda jornada, aunque solo fuera un partido, dio comienzo en Martes. Dejando, igualmente, el grueso de la jornada para el Miércoles y Jueves.
Hasta ahí, todo se puede considerar medianamente normal. Pero, lo que ya no es tan normal, es lo comentado por el Sr. J. Bertomeu.

Este señor de forma disimulada y malintencionadamente intencionada ha dejado caer la posibilidad de que pueda haber partidos los Viernes.
De forma sutil y como uno que no lo quiere la cosa esto se filtra, la noticia aparece en diferentes medios y la Euroliga ya tiene los datos necesarios para estudiar y analizar la aceptación que podría tener este supuesto partido del Viernes.

Las conclusiones que se puede extraer de todo esto son muy simples. La Euroliga está estudiando todas las posibilidades habidas y por haber para no coincidir con el Futbol, concretamente con la Champions.
La Champions se disputa en Martes y Miércoles, por eso lo más lógico y razonable, por parte de la Euroliga, sería pasar la jornada al Jueves y Viernes.

Esta, posiblemente sea la idea principal, pero sin olvidarse de que lo ideal y verdaderamente interesante sería adueñarse del fin de semana (que todo llegará, que nadie lo dude).
Y si esto llegara a suceder, ¿Qué pasaría con las competiciones domesticas?. Esta pregunta es ineludible y seguramente lo que de verdad importa y preocupa.

Esto, a ciencia cierta, importa tanto a los aficionados como poco a la Euroliga. Pues nunca ninguno de sus dirigentes ha negado, ni tan siquiera ha intentado disimular, que lo idóneo sería tener una Euroliga “cerrada” a imagen y semejanza de la NBA. Incluso el Sr. Bertomeu, sin ningún tipo de recato, lo dejaba entrever hace unos meses en diferentes medios.

En el supuesto especulativo de que esto pudiera llegar a pasar, los que realmente saldrían perdiendo serían las competiciones nacionales, los clubes modestos y algunos de los “grandes”. Esto está claro.
Entonces, ¿Quién se beneficiaría?. Pues muy fácil, la Euroliga, los clubs poderosos y los aficionados.
Por tanto, sopesando los “pros” y “contras”, la balanza se decanta claramente hacia una Euroliga “cerrada”, con los mejores equipos del continente y con la disputa de las jornadas en el mejor horario y días posibles.


Esto que de inicio puede parecer una utopía, sería muy bien recibido por parte de una gran mayoría de los grandes equipos y principalmente por los que no disfrutan en lo domestico de ligas económica y deportivamente potentes.
Equipos como, por ejemplo, el Maccabi, O. Ljubijana, Partizan o Zalgiris ya participan en competiciones paralela y por tanto es más que probable que aceptaran de muy buen grado tal propuesta. Incluso los grandes equipos griegos lo aceptarían sin dudarlo.

Y viendo esto, lo más lógico y normal es pensar que a los grandes equipos españoles, turcos e italianos (por no hablar de los equipos de ligas “menores” como la alemana, francesa, polaca o belga) no les quedaría más opción que sumarse a la aventura.
Esto, siendo realistas, sería un desastre para las competiciones nacionales y por extensión para muchos equipos. Pero, dejando de lado el romanticismo, hay muchas razones que nos abocan a ello, y principalmente una, la económica.

 
Parece que la Euroliga, con J. Bertomeu a la cabeza, está decidida a cambiar el modelo baloncestístico actual y crear una Euroliga a imagen y semejanza de la NBA parece ser la idea.
Una liga de la cual formarían parte los equipos más potentes y poderosos del baloncesto actual, y entre las muchas y numerosas razones que se esgrimen para ello, hay una que sobresale por encima de las otras y es la que convencería definitivamente a esos equipos, la económica.


Hay “Producto” para vender, “Mercado” donde venderlo y “Beneficios” que llevarse a la saca.
Conclusión, podrá tardar más o menos, pero está claro hacia donde se dirige (o debería) el basket europeo.

• Producto y Beneficio.
Desde hace 10 años el volumen de negocio de la Euroliga se ha multiplicado por 3, pasando de los casi 8 millones de € de un principio a los más de 25 m/€ actuales. Y los ingresos anuales han mejorando en un 18%.
Todo esto, según palabras del Sr. Bertomeu (ManagingSport.mht).

• Mercado.
Este dato si es revelador y aclara lo mucho que importa e interesa esta competición y el “porque” las competiciones nacionales nunca podrán competir con la Euroliga.
En menos de una década, casi se han multiplicado por 10 los países a los cuales es transmitida la Euroliga por T.V.

En definitiva. De producirse este “cierre”, el “Producto” sería mejor, más estable y de mayor calidad.
El “Mercado”, como queda claro, amplísimo, casi inagotable y con un interés real.
Y el “Beneficio”, si ahora ya impresiona, aún sería más importante y cuantioso.

Los equipos que conformarían esta “nueva” Euroliga contarían con más recursos económicos (patrocinadores, derechos de TV, de imagen…, y el más importante, el correspondiente reparto de beneficios) y con la tranquilidad y estabilidad que solo puede ofrecer una competición “cerrada”.

Estos equipos, debido a la cantidad de partidos a disputar y las características propias de la competición, podrían y deberían disponer de plantillas más amplias y equilibradamente potentes. Confeccionadas a partir de las normas propias de la Euroliga y dejarían de estar sometidos al yugo o “reglas” de las competiciones nacionales, olvidándose definitivamente de problemas como el de los cupos, los extranjeros, los jugadores de formación, el número mínimo de nacionales, etc.


Indudablemente, si esto llegara a suceder, serían las competiciones nacionales las que saldrían perdiendo.
Perderían a sus mejores equipos (es utópico pensar que pudieran competir indefinidamente en ambas competiciones) y jugadores y los sponsors importantes terminarían decantándose por la competición continental, al igual que las televisiones.
Seguramente esto sería un golpe casi definitivo para unas competiciones nacionales que se verían en la obligación de tener que reinventarse para sobrevivir.

Esto puede parecer duro, pero, ¿de verdad es viable e importa?. Y de ser así, ¿a quién interesaría?.
Seamos realistas, a todos. A los equipos poderosos, a los jugadores, a sus dirigentes e inversores, a las televisiones, y principalmente, a los aficionados que en definitiva son los que pagan por el producto.

• Todo esto es una opinión personal, incluso mucho de lo comentado puede parecer ficticio e ilusorio, pero si comparamos, tanto la salud deportiva como la económica de las diferentes competiciones domésticas con la Euroliga, parece claro que más pronto que tarde, el futuro de nuestro baloncesto pasa por esta especie de NBA Europea.

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jueves, 22 de diciembre de 2011

El Torneo de Navidad del R. Madrid.

Hoy hace justamente un año que publiqué esta entrada en el Blog y creo que es un buen momento para volverla e reeditar. Son las fechas propicias para ello e ideales para a recordar una parte importante del pasado madridista.


El Torneo de Navidad del R. Madrid.
(Entrada publicada anteriormente el 22 de Diciembre del 2010).


- La verdad es que por ahora el nivel de juego, tanto en ACB como en Europa, deja bastante que desear e incluso por momentos es aburrido y falto de emoción.
Pensando en este juego simple y ramplón que se nos ofrece últimamente, me ha venido a la memoria (tal vez, también acompañen estas fechas), “el Torneo de Navidad”, por este motivo, aparcaré la entrada que tenía preparada y comentaré algo sobre lo que fue y los recuerdos que me evoca.
Comenzando de la mejor forma posible, que no es otra que recordando la frase que en su momento usó Javier Bragado para definirlo.
“Pionero de su tiempo, testigo de leyendas”.

Gran parte de su mística era que siempre se celebraba en las mismas fechas, 23, 24 y 25 de Diciembre, lo cual propiciaba que fuera más una fiesta familiar dentro de la misma Navidad que un acontecimiento deportivo, pues era normal ver las gradas llenas de niños (que diferencia con los horarios actuales) acompañados por sus mayores.
Tres tardes seguidas con aroma a buen baloncesto, donde a parte de admiración, también se respiraba cariño, afecto y respeto por este bendito deporte (pues si, tal vez ese aura que envolvía el torneo, es lo que los americanos han definido como un “I love this game”).

La primera edición trata de 1965 y con el transcurrir de los años, por ahí pasaron los mejores equipos y jugadores de la vieja Europa, las mejores selecciones del momento y lo mejor y más granado del basket universitario americano.
En definitiva, como rezaba una crónica de 1985, “El mejor torneo amistoso del planeta”.

Hizo mucho por el baloncesto, muchísimo, pues en aquella época no había las ventajas y facilidades que rodean hoy en día a nuestro deporte y era, sin ninguna duda, el mejor escaparate posible para ver lo más notable del baloncesto mundial.
Se invitaba a los mejores clubs del mundo (fuera de la NBA, está claro), a las mejores selecciones del momento y a combinados que sorprendían por su calidad y exotismo, tanto en lo bueno como en lo malo (que de esto también había).
Incluso eran frecuentes las “peleas” y disputas por conseguir una invitación, pues no había mejor vitrina donde lucirse, ni mejor equipo al que enfrentarse y con el que competir, pues en aquella época, el Madrid si era el mejor equipo de Europa.

Pero, el paso del tiempo (y otras cosas) fue haciendo mella en el equipo y como no, en el torneo.
El equipo perdía nivel y de eso se resentía el evento, el cual fue cayendo de forma estrepitosa a finales de los 90, tocando fondo definitivamente a principios del siglo XXI.
La calidad y empaque de los últimos invitados fue como menos sospechosa, y tampoco la aptitud, calidad y talento del Madrid de esos años ayudó mucho, pasando a convertir el clásico y eminente torneo de sus inicios, en una pantomima final.

Muchas circunstancias han contribuido a su desaparición. Siendo la más importante, el sistema de competición del baloncesto actual. Muchos partidos, problemas de fechas, imposibilidad de contar con equipos de primer nivel, incluso de segundo y ni de coña soñar con invitar a alguna selección.
En definitiva, para que fuera un simulacro de lo que fue, pues mejor eso, gracias y adiós.
Por desgracia, en general, no se le echa de menos y en particular, es añorado por muy pocos.
Por cierto, desde mi punto de vista, algo que si se puede reprochar a la cúpula del club (a la que fuera, en esos últimos años) fue la poca imaginación, la desidia y la falta de interés por querer salvar este histórico clásico o como mínimo, intentar darle una “muerte” digna.
Y ahí va mi pregunta:
¿No hubiese sido (o sería) posible despedirlo con un cuadrangular entre Serbia, Rusia (herederos de la URSS y Yugoslavia), N. Carolina y el propio R. Madrid?.
Sin ninguna duda, el final más noble y honroso que se le hubiese podido dar al torneo.


Personalmente, siempre me quedará la satisfacción de los buenos recuerdos. Esos en los que perduran jugadores como Petrovic, Sabonis, Corbalán, F. Martín…, selecciones míticas como las extintas URSS y Yugoslavia, clásicas del torneo como Brasil y Argentina y lo más ilustre del baloncesto universitario de esos años con North Carolina a la cabeza.

Por todo eso, lo dicho, gracias y adiós.
Descanse en paz.




¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!.

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Trampas, engaños y fullerías varias.

O el cuento de nunca acabar. Los pasaportes fraudulentos.

Otra vez la misma historia.
Parece que la farsa veraniega que comenzó el Barça, al reconvertir en “congoleño” a C.J Wallace, es solo el principio de lo que puede llegar a convertirse en rutina y práctica habitual.
Habiendo sido ahora el Madrid y Valencia los que se han sumado a la fiesta, convirtiendo, casi por arte de magia, a los también estadounidenses J. Carroll y N. Caner-Medley en “azerbaiyanos”.


Visto esto y con la convicción de que tal despelote evolucionará a recurso y costumbre, a un servidor solo se le ocurren tres palabras:
Adulteración, fraude y engaño. O como se diría coloquialmente, “Hacer trampas”.

Según la RAE, esta es la definición de Fraude:

- Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.

¿Queda claro, no?.
La “Acción contraria a la verdad” es el convertir, en este caso, a jugadores estadounidenses en congoleños o azerbaiyanos.
Y la “persona perjudicada y contra la que se comete”, es, sin ninguna duda, la propia competición y el resto de equipos (que no tengan ningún “fraudulento”).


De los tres jugadores anteriormente nombrados (¡ojo!, que no son los únicos) me quedaré con J. Carroll por razones obvias.
Esta “conversión” me ha dejado sensaciones contrapuestas y un sabor agridulce.
Por una parte estoy totalmente en contra de este tipo de “nacionalizaciones”. Lo considero ilegal, ilícito y una forma malintencionada de adulterar la competición.
Por la otra, podría tirar de tópicos y justificarlo con un simple, “si los otros lo hacen…”.
Pero tampoco. Personalmente no lo compro, lo considero injusto e inaceptable por mucho que se intente argumentar y lo único positivo que puedo sacar de todo este cachondeo, es que por fin, los dirigentes madridistas han “espabilado”, se han dejado de “señorio” y “valores” y han decidido aprovecharse y utilizar (al igual que otros) la “legalidad” que permite tal disparate.
Pero ni con eso.

Ya este pasado verano y con el affaire C.J Wallace como fondo, un compañero me preguntó cual era mi opinión sobre este pitorreo de los “pasaportes” y “naciolizaciones”.
Siendo esta la respuesta:

- “El tema de los pasaportes me parece una vergüenza y una tomadura de pelo. Una forma malintencionadamente intencionada de adulterar la competición.
No es de registro que jugadores netamente americanos como Jack Daniels o John Smith puedan jugar impunemente en equipos europeos como búlgaros, polacos o macedonios y no pase absolutamente nada.
Algo huele a podrido en este tema”.

Respuesta sobre la cual me reafirmo e incluso soy mucho más crítico por la forma de proceder y actuar de algunos en este tema.


Desde mi punto de vista y tomando como base una permisividad que no comparto, hay tres formas de catalogar el fichaje de estos jugadores.

• Primera y "menos" fraudulenta.
La que podríamos denominar “aceptación” de la regla y que consistiría en fichar a jugadores que ya posean “esos” pasaportes y hayan jugado anteriormente como comunitarios.
• Segunda y la que, por lo visto, puede convertirse en frecuente.
Fichar al jugador como extranjero y una vez en el equipo, empezar a trabajar en esa dirección y sentido hasta conseguirle el susodicho pasaporte.
Siendo esta la que podríamos llamar la del “aprovechamiento”.
• Y tercera y para mi, más insidiosa y alevosa.
El condicionar el fichaje/es de determinados jugadores a la obtención de “esos” pasaportes. Incitándoles de esta forma al fraude y limitando su contratación solo a la adquisición de los mismos.

Tres formas diferentes pero igualmente “legales” de adulterar la competición y que demuestran, curiosamente, que es muchísimo más fácil conseguir determinados objetivos de forma “ilícita”, que actuando dentro de la legalidad y ciñéndose a unas reglas éticas y morales. Pues ha quedado claramente demostrado que es mucho más fácil incorporar a “búlgaros”, “macedonios” o “ucranianos” (B. McCalebb, O. Cook y D. Draper) que conseguir, por ejemplo, la doble nacionalización de jugadores como L. Bullock o D. Fischer.


Y llegados a este punto, podríamos empezar a buscar “culpables”, lo cual nos llevaría desde los propios jugadores, a la misma FIBA, pasando por las diferentes Federaciones. Y en el caso concreto de España, organismos y asociaciones como la ACB, FEB y ABP también tendrían su parte de culpa.
Pero esto es otra historia y lo dejaremos para futuras entradas.


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martes, 13 de diciembre de 2011

S. Ibaka. Busque, compare…

...y si encuentra algo mejor, cómprelo.


Aunque en este caso, eso es prácticamente imposible.
En el actual baloncesto FIBA no hay jugadores como S. Ibaka, e incluso en la NBA, muy poquitos.

Para el Madrid contar con sus servicios durante estos escasos meses ha sido todo un lujo. Y aunque en un principio su rendimiento quedó en entredicho, con el paso de las jornadas se ha podido comprobar que su aporte al juego, e incluso por momentos su sola presencia, le han dado al Madrid otra dimensión y un nivel tan superlativo que difícilmente (por no decir imposible) ningún otro jugador le pueda dar.


En un principio su fichaje pareció más populista que necesario, incluso muchos pensaron (entre los que me incluyo) que era innecesario, que restaría minutos y protagonismo a otros interiores y que frenaría sustancialmente la progresión y crecimiento de jugadores que deben ser referentes muy importantes de este equipo en un futuro no muy lejano.


Como he dicho, su estreno de blanco no fue bueno, no encontraba su sitio y le costó readaptarse a la competición.
Pero a base de trabajo, de confianza y con una fe ciega en sus posibilidades no solo encontró su lugar sino que se convirtió, desde mi punto de vista, en la pieza más importante del equipo.

De físico atlético y portentoso, su disciplina de trabajo y entrega le convirtieron rápidamente en el “5” más importante del equipo. Pasando a ser uno de los pilares del equipo y la principal y casi exclusiva referencia defensiva.
Su presencia física, envergadura y la facilidad para intimidar, taponar y rebotear han hecho de S. Ibaka el dueño absoluto de la zona e incluso en una gran mayoría de partidos se ha bastado solito para dominarla.

En un juego tan peculiar como el que practica el actual Madrid y con las alegrías y libertades defensivas que se permiten algunos, la intensidad y energía con la que se ha aplicado S. Ibaka en este apartado han dotaban al equipo de una confianza y solidez atrás imprescindible para equilibrar el juego.
Incluso en este apartado su rendimiento ha estado por encima de lo que muchos esperábamos.


Es un jugador que debe ir a más, con muchísimo recorrido y con un potencial increíble que explotar.
Pero, también tiene limitaciones que corregir y aspectos del juego que mejorar. Principalmente en ataque.
Sus recursos ofensivos se limitan a la facilidad con la que corre la pista y al dominio de la zona e inmediaciones del aro, siendo estos demasiado escasos, pues carece de un tiro de media distancia fiable y es prácticamente imposible que pueda jugar abierto o como “cuatro moderno”.
Pero aún con eso, es, o sería, uno de los jugadores más importantes y dominantes del actual baloncesto europeo.

Su baja es una lástima, una verdadera putada, pero todos sabíamos que este fichaje llegaba con “fecha de caducidad”.

La relación entre S. Ibaka y el Madrid ha sido como esos amores de verano. Románticos, apasionados y entrañables. Que nunca se olvidan, pero que desde el principio se sabe que al acabar el verano se irán con él.

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jueves, 8 de diciembre de 2011

Simplemente, Kyle Singler.

Lo más fácil y sencillo sería hablar de las virtudes y características de este jugador, pero la verdad, no hace falta.
Con solo diez jornadas disputadas, defendiendo la camiseta del L. Alicante y siendo un novato en nuestra liga, ha demostrado de forma más que sobrada de todo lo que es capaz y que se puede esperar de él.

Alero alto (2’03 m.), raza blanca, tirador, con capacidad para crearse sus propios tiros y canastas, buen defensor y reboteador, con muy buena lectura del juego y excelente sentido colectivo. Y todo hace suponer, que disciplinado, competitivo e inteligente pues son las señas de identidad de una Universidad tan prestigiosa e importante como Duke.


Por sus características tanto de altura y peso (más de 100 kg.) como técnicas y tácticas, lo podemos considerar “un tres alto”. Un tipo de jugador que escasea en el baloncesto actual y más fuera de la NBA. Una rara avis y por tanto, pieza imprescindible e indispensable en un equipo que aspire a ser campeón.

Mucho se ha hablado en estos últimos días de este fichaje, y lo más chocante es que en la gran mayoría de medios, se le “presentaba” como el sustituto o relevo natural de Rudy, y nada más lejos de la realidad.
K. Singler es un tres puro y duro y por el contrario, Rudy es un dos, que por sus características, en Europa puede jugar sin problemas de tres.
No nos equivoquemos, el sustituto de Rudy es…, M. Pocius (el elegido originalmente para esa posición de 2-3), un dos que también puede jugar de tres y que tanto física como tácticamente, se asemeja muchísimo más a Rudy de lo que lo hace K. Singler.

Puestos a comparar y en clave madridista, el primer nombre que a uno le viene a la mente (dependiendo de la edad claro) es el de B. Jackson, aunque para mí, viendo como trabaja en defensa y lo bien que se desenvuelve en tareas reboteadoras, me recuerda muchísimo más a M. Simpson.


Seguramente, con este cambio el juego perimetral del Madrid sale perdiendo en cuanto a calidad, pero nadie podrá negar que está mucho más equilibrado y compensado.

Personalmente este fichaje me parece todo un acierto, un lujo y como comenté con un compañero, “aun estoy dando palmas con las orejas”.
La forma de gestionar y ejecutar el fichaje ha sido sobresaliente. Sin filtraciones, sin falsos movimientos y con una rapidez, celeridad y conocimiento de causa que ha dejado boquiabierto y sorprendido a todo el “mundillo” baloncestístico nacional.

La clave del fichaje, para mí, ha sido (y creo que no voy desencaminado) el analizar y darse cuenta de que el jugador, por mucha cláusula de salida NBA que tuviera, había sido elegido en 2ª ronda del draft y por tanto, el contrato máximo que podría firmar, siendo un segunda ronda, no sería ninguna “millonada”, incluso sería sustancialmente menor al que se le pudiera ofrecer en Europa. Como así ha sido.

Se habla (aunque un servidor en esto no se mete, y menos sin poder contrastarlo) de unos 800.000€ para el jugador (es imposible, con el marco de contratación actual, que ninguna franquicia de la NBA, siendo un 2ª ronda, se acerque a esa cifra) y cerca de 150.000€ y un amistoso para el L. Alicante.


Y viendo las posteriores reacciones y declaraciones de los dirigentes alicantinos, da la sensación de que todos han salido ganando y beneficiados con este traspaso.
El Madrid, porque ha conseguido a un tipo de jugador que difícilmente podía imaginar a principios de temporada. Y menos aún a estas alturas.
El L. Alicante, porque ha recibido una significativa compensación económica y ha sacado del jugador un beneficio deportivo increíble.
Y el jugador, porque ha firmado un contrato, económicamente hablando, muy importante y sustancioso, con uno de los mejores equipos del panorama actual Europeo. Y porque jugará en el mejor escaparate posible, la Euroliga.

Pero, tratándose del Madrid, no todo podían ser alegrías y noches de “vino y rosas”. Ante tanta bacanal de elogios, este fichaje también tiene su “letra pequeña” y algunos peros. Concretamente, desde mi punto de vista, tres.

Primero. K. Singler ocupará la segunda plaza de extracomunitario, cerrando así, definitivamente, un mercado que podría ser muy importante, e incluso necesario y decisivo, si durante el transcurrir de la temporada se tuviera que realizar alguna otra incorporación.

Segundo. La duración del contrato es toda una incógnita, así como las condiciones firmadas. Ningún medio se ha atrevido con eso y todos especulan con la posibilidad de que sea hasta final de temporada.
De ser así, la inversión se puede considerar muy cuantiosa, excesiva e incluso exagerada, pero, por lo que se ve, esta temporada el tema monetario no es ningún problema.


Y tercero, y para mí el más grave. Según parece, K. Singler no es un fichaje de consenso. Su contratación no ha sido aprobada por unanimidad e incluso en diferentes medios se han hecho eco de que este fichaje no cuenta con el total beneplácito del entrenador.
Es más, se especula con la posibilidad de que P. Laso hubiese pedido y prefiriera la contratación de otro interior, siendo G. Ayón el elegido y P. Davis la alternativa.

De ser esto verdad, si es un problema, pues todos sabemos que sucede con los jugadores que no son, o han sido, petición expresa del entrenador.
Pero esto no es lo peor.
Lo peor es saber que hay alguien que piensa que aún teniendo un juego interior como el que conforman Mirotic, Velickovic (si, si, este también), F. Reyes, Begic y Tomic, hace falta otro pivot.
Pero esto es otra historia y la dejaremos para la siguiente entrada.

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